viernes, 4 de marzo de 2011
La subespecie ibérica de lobo presente en la Península Ibérica fue descrita y considerada por Ángel Cabrera en 1907 como Canis lupus signatus, sobre la base de algunas características físicas (sobre todo manchas blancas en las mejillas y marcas en la parte fontal de las patas delanteras). Sin embargo, una reciente revisión de la taxonomía de la especie no reconoce a signatus e incluye las poblaciones ibéricas en la subespecie nominal lupus. Estos últimos estudios señalan que la subespecie italicus (Península itálica) podría estar a punto de contactar con las poblaciones ibéricas a través de Pirineos. En cualquier caso, las poblaciones ibéricas, y al margen de merecer o no el estatus taxonómico de subespecie distinta, poseen unas indudables peculiaridades tanto ecológicas, como morfológicas y genéticas, e incluso "culturales", derivadas de su histórica interacción con el hombre, y que las hace especialmente valiosas de cara a su conservación.
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